domingo, 30 de mayo de 2010

Cuando NO es afirmación.

Muchas veces uno se encuentra ante situaciones, elecciones o circunstancias en las que realmente desea decir NO; pero termina aflojando, cediendo y aceptando...

¿Por qué?

Por compromiso, por miedo al rechazo, por temor a la reacción del otro, por prejuicio, por culpa, por presiones de la sociedad, de la mirada del otro e incluso del propio inconciente ...

Sin dudas, en tales casos la verdadera sensación que a uno le queda es el sabor amargo de haber cedido ante algo de lo que uno no estaba convencido o que simplemente no quería… , y el desgano, la insatisfacción y hasta el enojo con uno mismo se hacen carne causando frustración, arrepentimiento y angustia.

En todos esos casos, la solución más sabia y sana hubiera sido decir NO.

NO a lo que no te gusta.

NO a lo que no te convence.

NO a lo que te provoca duda, malestar, angustia.

NO a lo que no construye.

Simplemente NO, a lo que no querés para vos.

Y ese NO , no es un símbolo de egoísmo, ni un capricho, ni mala onda, ni un signo de cobardía.

Es todo lo contrario...

Ese NO es algo positivo.

Es la satisfacción de defender los valores propios.

Es un signo de total valentía ya que, a pesar del otro, uno sigue siendo quien es, quien quiere ser .

Es la afirmación del propio Yo.

El NO está asociado a rebeldía, y la rebeldía es oponerse a las normas, es ir contra la corriente simplemente x contradecir…

Sin embargo, decir NO, es más bien una actitud de valentía, porque uno se planta en sus principios y elige no seguir la corriente cuyo rumbo es muy distinto al que uno se propone para su vida.

Es mas fácil decir SI y evitar enfrentamientos, que ser ese 1% que decide por si mismo, que se satisface en sus acciones que puede defender sus valores y que se atreve a decir NO.

Ser ese 1% no tiene nada de sencillo, pero acaso ¿no es mayor el esfuerzo cuando se actúa en contra de lo que uno siente, solo para evitar el conflicto? Traicionar los propios valores es más duro que enfrentar cualquiera de estas situaciones.. .

Por eso no te sientas culpable, ni creas que decepcionas a nadie al atreverte a expresar tu disconformidad, tu desacuerdo; al rechazar, al no aceptar.
Y sentite orgulloso y digno de vos mismo al decir Lo lamento, pero esta vez paso. Hoy NO.

jueves, 27 de mayo de 2010

NO DEJES DE BRILLAR

Cuenta la leyenda que una vez una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga. Ésta huía rápido con miedo de la feroz predadora y la serpiente al mismo tiempo no desistía.


Huyó un día y ella la seguía, dos días y la seguía... Al tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga paró y le dijo a la serpiente:



- ¿Puedo hacerte tres preguntas?

- No acostumbro dar este precedente a nadie pero como te voy a devorar, puedes preguntar contestó la serpiente...

- ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia preguntó la luciérnaga?

- No, contestó la serpiente...

- ¿Yo te hice algún mal dijo la luciérnaga?

- No, volvió a responder la serpiente.

- Entonces, ¿por qué quieres acabar conmigo?

- ¡¡¡Porque no soporto verte brillar...!!!



Muchos de nosotros nos hemos visto envueltos en situaciones donde nos preguntamos: ¿Por qué me pasa esto si yo no he hecho nada malo, ni daño a nadie?



La moraleja dice que la respuesta es sencillamente... Porque no soportan verte brillar......!!!!

Puede ser que haya alguien por ahí, a quien le moleste tu luz, que nos quieran ver apagados, que nuestro brillo los encandile…

Pero tal vez, sea simplemente la cadena de la vida, en que algunos están ahí, medio perdidos, medio apagados, buscando su propio brillo, su propia razón para vivir, y necesitan nuestra luz para encontrar su camino…
La luciérnaga que prende su luz se arriesga a ser descubierta y devorada por sus enemigos...
Cuando esto pase, no dejes de brillar, continúa siendo tú mismo, continúa y sigue dando lo mejor de ti, sigue haciendo lo mejor, no permitas que te lastimen, no permitas que te hieran, sigue brillando y no podrán tocarte... porque tu luz seguirá intacta.

Tu esencia permanecerá, pase lo que pase.....

sábado, 15 de mayo de 2010

¿Que te perdiste de ver hoy?

PERCEPCIÓN




. . . Algo en qué pensar. . .



Una mañana fría de enero en 2007 en una estación de subte de Washington DC: El hombre con un violín interpretó seis piezas de Bach durante unos 45 minutos. Durante ese lapso, aproximadamente 2 mil personas pasaron por la estación, la mayoría de ellos camino al trabajo. Pasados unos 3 minutos un hombre de mediana edad noto que había un músico tocando. Aminoró la marcha y se detuvo por breves segundos, luego se apresuró para cumplir con su horario.



4 minutos más tarde:

El violinista recibió el primer dólar: Una mujer tiró el dinero en el sombrero y, sin detenerse, continuo caminando.



6 minutos más tarde :

Un joven se apoyó contra la pared para escucharle, luego miró su reloj y comenzó a caminar otra vez.



10 minutos después :

Un niño de unos 3 años de edad se detuvo pero su madre lo llevaba a los tirones con rapidez. El niño se detuvo para ver al violinista otra vez, pero la madre tironeó más fuerte y el niño continuo caminando, con los ojos puestos en el violinista... Varios otros niños hicieron lo mismo. Cada padre, sin excepción, obligó a sus niños a seguir adelante rápidamente.



45 minutos:

El músico tocó en forma continua. Sólo 6 personas se detuvieron y escucharon por un rato. Aproximadamente 20 personas le dieron dinero pero continuaron caminando a su paso normal. El hombre juntó un total de U$32.



1 hora:

Terminó de tocar y el silencio se hizo presente. Nadie se dio cuenta. Nadie aplaudió, ni hubo reconocimiento alguno.



Nadie lo supo, pero el violinista era Joshua Bell, uno de los máximos músicos del mundo. Él tocó una de las piezas más intrincadas alguna vez escritas, con un violín que vale $35 millones de dólares. El día anterior Joshua Bell vendió todas las localidades en un teatro de Boston donde cada asiento promediaba los U$100 .



Ésta es una historia verdadera. El Washington Post- como parte de un experimento social acerca de la percepción, el gusto y las prioridades de las personas- hizo que Joshua Bell tocara de incógnito en la estación de subte. . .

Si no tenemos un momento para detenernos y escuchar a uno de los mejores músicos del mundo, que interpreta la música más delicada, con uno de los instrumentos más bellos alguna vez hechos.



¿Cuántas otras cosas nos estamos perdiendo?

¿Cuántas personas especiales nos pasan por al lado y no hacemos nada por conocerlas?

miércoles, 5 de mayo de 2010

El gusano y el escarbajo

Un gusano y un escarabajo eran amigos y se pasaban charlando largas horas.
El escarabajo estaba consciente de que su amigo el gusano era muy limitado en movilidad, tenía visión muy restringida y era muy tranquilo y pasivo comparado con los escarabajos.
El gusano, por su parte, estaba muy consciente de que su amigo el escarabajo venía de otro ambiente, y de que, en comparación con los gusanos de su especie, comía cosas desagradables, era muy acelerado, tenía una imagen grotesca y hablaba con mucha rapidez.

Un día, la compañera de vida del escarabajo le cuestionó a éste su amistad con el gusano, preguntándole cómo era posible que caminara tanto para ir al encuentro de un ser tan inferior, un ser tan limitado en sus movimientos…
… y por qué seguía siendo amigo de alguien que ni siquiera le devolvía los saludos efusivos que el escarabajo le hacía desde lejos.

Pero el escarabajo estaba consciente de que, debido a lo limitado de su visión, el gusano muchas veces ni siquiera veía que alguien lo saludaba, y, si acaso llegaba a notarlo, no distinguía si era o no el escarabajo, y por ello no contestaba el saludo.

Sin embargo, el escarabajo calló para no discutir con su compañera. Fue tanta la insistencia de la escarabaja y tantos sus argumentos cuestionando la amistad que su compañero mantenía con el gusano, que el escarabajo decidió poner a prueba esa amistad alejándose del gusano para esperar a que éste lo buscara.

Pasó el tiempo, y un día llegó la noticia de que el gusano estaba muriendo, pues su organismo se había resentido por los esfuerzos que cada día hacía para ir a ver a su amigo el escarabajo y, como no lo conseguía durante toda una jornada diurna, el gusano tenía que devolverse sobre sus pasos para pasar la noche en el refugio de su propia casa.

El escarabajo murió poco después. Nunca se le escuchó quejarse de quien mal lo aconsejó, pues fue decisión suya el prestar oídos a las críticas sobre su amigo.

La esencia del gusano y el escarabajo se volvieron una sola en el plano más allá de esta vida.

Y así aprendió varias lecciones ese día:

1) La amistad está en ti y no en los demás. Si la cultivas en tu propio ser, encontrarás el gozo del amigo.

2) El tiempo no condiciona las amistades. Tampoco lo hacen las razas ni las limitantes propias o las ajenas. Reconoce la riqueza de quien es diferente a ti y, aún así, está dispuesto a compartir contigo sus ideales y temores.

3) El tiempo y la distancia no son los factores que destruye una amistad. La destruyen las dudas y nuestros temores.

4) Cuando pierdes un amigo, una parte de ti se va con él. Las frases, los gestos, los temores, las alegrías, las ilusiones,… todo lo que ambos compartieron en el tiempo, se va con él.

No sé si eres el gusano y yo el escarabajo, o al revés, pero seguro que somos distintos y que nos movemos en planos diferentes.

Yo, aunque sea gusano, te seguiré buscando día a día; y si fuera escarabajo, no prestaré oído a las críticas, vengan de donde vengan.