jueves, 28 de enero de 2010

Imposible atravesar la vida...

…sin que un trabajo salga mal,


sin que una amistad cause decepción,

sin padecer algún quebranto de salud,

sin que un amor nos abandone,

sin que alguien de la familia fallezca,

sin equivocarse en un negocio.

Uno crece cuando no hay vacío

de esperanza,

ni debilitamiento de voluntad,

ni pérdida de fe.

Uno crece cuando acepta la

realidad y tiene aplomo para vivirla.

Cuando acepta su destino, pero tiene la voluntad de trabajar para mejorarlo.

Uno crece asimilando lo que deja atrás,

construyendo lo que tiene por delante y

proyectando lo que puede ser el porvenir.

Crece cuando se supera, se valora,

y sabe dar frutos.

Crece cuando se abre camino dejando

huellas, asimilando experiencias,

¡y sembrando raíces!

Uno crece cuando se impone metas,

sin importarle comentarios negativos

ni prejuicios; cuando da ejemplos sin

importarle burlas ni desdenes;

cuando cumple con su misión.

Uno crece cuando es fuerte por

carácter,

sostenido por formación, sensible por temperamento...

¡y humano por nacimiento!..

Uno crece cuando enfrenta el invierno

aunque pierda las hojas.

Recoge flores aunque tengan

espinas y marca camino aunque

se levante el polvo.

Uno crece cuando es capaz de

afianzarse con residuos de ilusiones,

capaz de perfumarse con residuos de flores...

¡Y de encenderse con residuos de amor...!

Uno crece ayudando a sus

semejantes,

conociéndose a sí mismo y

dándole a la vida más

de lo que de ella recibe.

Uno crece cuando se planta

para no retroceder...

Cuando se defiende como águila

para no dejar de volar...

Cuando se clava como ancla y

se ilumina como estrella.

Entonces... uno Crece

Y CRECE CUANDO CREE,

ESPERA Y CONFÍA

EN SU CREADOR!



¡Que pases una vida creciendo feliz, aunque cueste.!

sábado, 9 de enero de 2010

Plantar un cocotero

Se cuenta de un hombre que, a sus 80 años, cavaba esforzadamente un pozo bajo el sol del mediodía. Un vecino bastante más joven que él, lo observó extrañado. “Don Vicente, le dijo, ¿qué hace a esta hora echando bofes de esa manera y con este calor?”.




La respuesta: “Voy a plantar un cocotero, me encantan los cocos”. Esto aumentó el estupor del vecino: “¿Pero usted sabe los años que tardará en dar frutos? Usted no lo verá”.



Don Vicente interrumpió su tarea, miró al muchacho y respondió con una sonrisa paciente: “Lo sé, pero, como te dije, me encantan los cocos. ¿Y sabés cuántos he comido en mi vida que fueron plantados por gente que no llegó a cosecharlos? Lo menos que puedo hacer es plantar este cocotero”.



¿Alguna vez te paraste frente a un cocotero y te preguntaste qué fue necesario para que esos cocos existan? Seguramente No, ni ante un cocotero, ni ante tantas otras cosas que damos por sentado, pero que no van a tener futuro si nosotros no las cuidamos...

Plantemos, aún sabiendo que el resultado jamás lo veremos con nuestros propios ojos, porque ese es el verdadero significado de la trascendencia...

domingo, 3 de enero de 2010

MANADA de Natalia Carolina



Un día cayó desde un nido, un pequeño ruiseñor bebé, en medio de una manada de leones quienes terminaban de comer.


Al mirarlo tan pequeño e indefenso, decidieron cuidarlo.



Con su mentalidad de leones y conocimiento de su mundo, decidieron hacer del bebé un gran león.

Entonces, al paso de los días y meses, empezaron a preocuparse muy seriamente:

Así, la leona de turno reportaba:

- No tiene garras retráctitiles, ¿cómo va a cazar?

- No ruge y ya tiene 5 meses ¿cómo va a conquistar a una leona cuando deba casarse?

- No tiene piel de mamífero ¿cómo abrigará a sus crias cuando sea papá?



Luego, hicieron un cónclave de leones y concluyeron que su pequeño y muy amado amigo a quien consideraban parte de la manada era un león discapacitado pues no tenía las condiciones para desempeñarse como un león en su vida adulta, todos sintieron gran pena por el pequeño, ¿qué sería de su vida?.

Finalmente, le encargaron al cuidado de un viejo león anciano que ya no cazaba, no había más que hacer.



El viejo león, lleno de sabiduría, observaba al pequeño y miraba que: si bien no tenia piel de león, tenía un bello plumaje; no tenía garras pero le había observado conseguir gusanos con su pico; y, si bien ciertamente no rugía, todas las mañanas deleitaba a la manada con sus bellos e inigualables cantos agudos e imposibles de imitar por los leoncitos de la manada!!!



El anciano ya no formaba parte del cónclave de leones pues despreciaban su poca fuerza, él mismo era un discriminado por su avanzada edad, sin embargo, su experiencia de la vida le permitía mirar algo que los otros no se habían detenido a analizar: el pequeño ruiseñor ciertamente pertenecía al reino animal, pero no era de la especie de los leones!!!



Al día siguiente, lo llevó a un sitio algo elevado en la montaña y le dejó actuar en libertad mientras le observaba con discreción: entonces, el pequeño ruiseñor, al sentir el aire en sus ágiles plumas, instintivamente, se elevó y voló!!!



Toda la manada quedó impresionada al mirar a su pequeño amigo volar y cantar feliz, y comprendieron que, afortunadamente para todos, la realidad es más amplia que el mundo de su manada de leones.



ESPERO QUE EN EL 2010 MUCHA GENTE DEJE DE PENSAR COMO MANADA
                                                                                                                                          Natalia Carolina