domingo, 24 de abril de 2011

"Las Cuatro Leyes de la Espiritualidad"

En la India se enseñan las "Cuatro Leyes de la Espiritualidad"

La primera dice:
"La persona que llega es la persona correcta",es decir que nadie llega a nuestras vidas por casualidad, todas las personas que nos rodean, que interactúan con nosotros, están allí por algo, para hacernos aprender y avanzar en cada situación.

La segunda ley dice:
"Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido". Nada, pero nada, absolutamente nada de lo que nos sucede en nuestras vidas podría haber sido de otra manera. Ni siquiera el detalle más insignificante. No existe el: "si hubiera hecho tal cosa...hubiera sucedido tal otra...". No. Lo que pasó fue lo único que pudo haber pasado, y tuvo que haber sido así para que aprendamos esa lección y sigamos adelante. Todas y cada una de las situaciones que nos suceden en nuestras vidas son perfectas, aunque nuestra mente y nuestro ego se resistan y no quieran aceptarlo.


La tercera dice:
"En cualquier momento que comience es el momento correcto". Todo comienza en el momento indicado, ni antes, ni después. Cuando estamos preparados para que algo nuevo empiece en nuestras vidas, es allí cuando comenzará.

Y la cuarta y última:
"Cuando algo termina, termina". Simplemente así. Si algo terminó en nuestras vidas, es para nuestra evolución, por lo tanto es mejor dejarlo, seguir adelante y avanzar ya enriquecidos con esa experiencia. Creo que no es casual que estén leyendo esto, si este texto llegue a nuestras vidas hoy; es porque estamos preparados para entender que ningún copo de nieve cae alguna vez en el lugar equivocado!


Vive Bien, Ama con todo tu Ser y se Inmensamente Feliz!

viernes, 15 de abril de 2011

Una piedra en mi zapato...

A todos alguna vez nos ha pasado que caminando, casi sin darnos cuenta, una piedrita entró en nuestro zapato. Al comienzo continuamos con la misma velocidad de marcha como si nada, hasta que comenzamos a sentir una pequeña molestia, pero claro, no queremos perder nuestro ritmo asi que seguimos y seguimos hasta que esta diminuta piedrita ya se convierte en algo insoportable, que se refleja en nuestra cara y no nos deja tener un paso firme. Es cuando tenemos que decidirnos a detenernos, quizá sentarnos en algún lugar, quitarnos el zapato y buscar a la autora de la incomodidad....Casi siempre nos sorprende su tamaño.Algo tan pequeño nos produjo tanto fastidio?! ....


Así es la vida, con frecuencia encontramos piedrecillas que nos hacen tropezar, o simplemente, se introducen en nuestro zapato y no nos dejan caminar, duele sentirla enterrarse en el pie, es difícil poder afirmar cada paso…

Hay quienes se pasan su vida con la piedrecilla en el zapato, y así se torturan, o simplemente renuncian al camino, se dejan vencer, porque no saben andar con esa molestia… pero otros, con espíritu luchador, que no renuncian ante nada, saben que es mejor tal vez detenerse, sacarse el zapato, liberarse de la piedra, y continuar, hasta llegar a su meta.

Nos quejamos por pequeñas piedrecillas, renunciamos ante el primer obstáculo, preferimos los caminos lisos, sin nada que nos haga tropezar o caer, porque no sabemos asumir las dificultades, es mejor muchas veces, encontrar el atajo, lo fácil, o todo ya terminado…
La vida se construye desde las cotidianidades, todo lo que nos rodea nos habla, nos enseña, hace parte del vivir…
Revisa tus zapatos mentales, aquellos que utilizas para andar de acuerdo al momento o al terreno que pisas; a lo mejor, aquello que te duele y te molesta, es tan solo una piedrecilla que en el avanzar se ha introducido ahí… solo debes hacer un pare en el camino, sin renunciar a él, sácala, libérate de ella y sigue adelante… no te rindas… no podemos vivir todo el tiempo, con esa molestia, ni tampoco dejar a un lado nuestros sueños, por miedo… lucha… eso es vivir… así lo hacen las almas gigantes…

jueves, 14 de abril de 2011

El Poder de las palabras.

El Poder de las palabras.

martes, 5 de abril de 2011

en cada ser humano...

Un chaman le explicaba a su nieto que en cada ser humano habitan dos lobos que se pelean sin piedad.
Un lobo representa la ira, los celos, la soberbia, el miedo y la vergüenza;
el otro es la ternura, la compasión, la gratitud, la esperanza y el amor.
Preocupado, el niño le pregunta:
"Abuelo, ¿cuál es el más fuerte?"
Y el chaman le contesta:
"El que alimentas".