NO llores por lo que perdiste,
lucha por lo que te queda.
NO llores por lo que ha muerto.
Lucha por lo que ha nacido en ti.
NO llores por quien se ha marchado.
Lucha por quien esta contigo.
NO llores por quien te odia.
Lucha por quien te quiere.
NO llores por tu pasado.
Lucha por tu presente.
NO llores por tu sufrimiento
Lucha por tu felicidad...
con las cosas que ha uno le suceden vamos aprendiendo
que nada es imposible de solucionar, solo sigue adelante
Es solo cuestión de actitud
En la vida todos nos enfrentamos con problemas ...Lo importante es la actitud con que los encaramos.
martes, 31 de diciembre de 2013
El empresario y el ingeniero
Un ingeniero que fue llamado a arreglar una computadora muy grande y extremadamente compleja... una computadora que valía 12 millones de dólares. Sentado frente a la pantalla, oprimió unas cuantas teclas, asintió con la cabeza, murmuró algo para sí mismo y apagó el aparato. Procedió a sacar un pequeño destornillador de su bolsillo y dio vuelta y media a un minúsculo tornillo. Entonces encendió de nuevo la computadora y comprobó que estaba trabajando perfectamente.
El presidente de la compañía se mostró encantado y se ofreció a pagar la cuenta en el acto.
- ¿Cuánto le debo? preguntó.
- Son mil dólares, si me hace el favor.
- ¿Mil dólares? ¿Mil dólares por unos momentos de trabajo?
¿Mil dólares por apretar un simple tornillito? ¡Ya sé que mi computadora cuesta 12 millones de dólares, pero mil dólares es una cantidad disparatada! Le pagaré sólo si me manda una factura perfectamente detallada que la justifique.
El ingeniero asintió con la cabeza y se fue.
A la mañana siguiente, el presidente recibió la factura, la leyó con cuidado, sacudió la cabeza y procedió a pagarla en el acto, sin chistar.
La factura decía:
Servicios prestados:
Apretar un tornillo............ US $1 dólar
Saber qué tornillo apretar.... US $999 dólares
Para todos aquellos profesionales que día a día se enfrentan con la desconsideración de quienes por su propia ignorancia no alcanzan a entenderlos.
RECUERDA: "SE GANA POR LO QUE SE SABE, NO POR LO QUE SE HACE".
El presidente de la compañía se mostró encantado y se ofreció a pagar la cuenta en el acto.
- ¿Cuánto le debo? preguntó.
- Son mil dólares, si me hace el favor.
- ¿Mil dólares? ¿Mil dólares por unos momentos de trabajo?
¿Mil dólares por apretar un simple tornillito? ¡Ya sé que mi computadora cuesta 12 millones de dólares, pero mil dólares es una cantidad disparatada! Le pagaré sólo si me manda una factura perfectamente detallada que la justifique.
El ingeniero asintió con la cabeza y se fue.
A la mañana siguiente, el presidente recibió la factura, la leyó con cuidado, sacudió la cabeza y procedió a pagarla en el acto, sin chistar.
La factura decía:
Servicios prestados:
Apretar un tornillo............ US $1 dólar
Saber qué tornillo apretar.... US $999 dólares
Para todos aquellos profesionales que día a día se enfrentan con la desconsideración de quienes por su propia ignorancia no alcanzan a entenderlos.
RECUERDA: "SE GANA POR LO QUE SE SABE, NO POR LO QUE SE HACE".
Mira bien
Mira bien lo que "ves"
que no te engañe el reflejo
con lo que en realidad es.
FOTOGRAFIA: Manuel Savariz Santos
UNA BUENA RAÍZ
Cerca de un arroyo de aguas frescas, había un pequeño bosque.
Los árboles eran muy variados, con muchas flores y perfumes, y que de tanto esfuerzo que hacían, quedaban muy débiles y tenían poca fuerza para echar raíces.
En cambio un laurel dijo:
-Yo, mejor, voy a invertir mi savia en tener una buena raíz: así creceré y podré dar mi hojas a todos los que me necesiten.
Los otros árboles estaban muy orgullosos de ser bellos; ¡en ningún lado había tantos colores y perfumes! y no dejaban de admirarse y de hablar de los encantos de unos y otros, y así, pasaban todo el tiempo, mirándose y riéndose de los demás.
El laurel sufría a cada instante esas burlas. Los otros se reían de él, señoreando sus flores y perfumes y meneando el abundante follaje le decían.
-Laurel...., ¿para qué quieres tanta raíz? Míranos, a nosotros, todos nos alaban aunque tengamos poca raíz tenemos mucha belleza.
Deja de pensar en ser útil a los demás. ¡Preocúpate de ti!".
Pero el laurel estaba convencido de lo contrario; necesitaba una fuerte raíz para dar abundantes hojas.
Un buen día, vino una gran tormenta, y sacudió, sopló sobre el bosque. Los árboles más grandes, que tenían un ramaje inmenso se vieron tan fuertemente golpeados, que por más que gritaban no pudieron evitar que el viento los volteara. En cambio el pequeño laurel, como tenía pocas ramas y mucha raíz, apenas si perdió unas cuantas hojas.
Entonces todos comprendieron que los que nos mantiene firmes en los momentos difíciles no son las apariencias, sino lo que está oculto en las raíces, dentro de tu corazón...,allí...,en tu alma.
de Marisa Becerra
Los árboles eran muy variados, con muchas flores y perfumes, y que de tanto esfuerzo que hacían, quedaban muy débiles y tenían poca fuerza para echar raíces.
En cambio un laurel dijo:
-Yo, mejor, voy a invertir mi savia en tener una buena raíz: así creceré y podré dar mi hojas a todos los que me necesiten.
Los otros árboles estaban muy orgullosos de ser bellos; ¡en ningún lado había tantos colores y perfumes! y no dejaban de admirarse y de hablar de los encantos de unos y otros, y así, pasaban todo el tiempo, mirándose y riéndose de los demás.
El laurel sufría a cada instante esas burlas. Los otros se reían de él, señoreando sus flores y perfumes y meneando el abundante follaje le decían.
-Laurel...., ¿para qué quieres tanta raíz? Míranos, a nosotros, todos nos alaban aunque tengamos poca raíz tenemos mucha belleza.
Deja de pensar en ser útil a los demás. ¡Preocúpate de ti!".
Pero el laurel estaba convencido de lo contrario; necesitaba una fuerte raíz para dar abundantes hojas.
Un buen día, vino una gran tormenta, y sacudió, sopló sobre el bosque. Los árboles más grandes, que tenían un ramaje inmenso se vieron tan fuertemente golpeados, que por más que gritaban no pudieron evitar que el viento los volteara. En cambio el pequeño laurel, como tenía pocas ramas y mucha raíz, apenas si perdió unas cuantas hojas.
Entonces todos comprendieron que los que nos mantiene firmes en los momentos difíciles no son las apariencias, sino lo que está oculto en las raíces, dentro de tu corazón...,allí...,en tu alma.
de Marisa Becerra
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