domingo, 13 de marzo de 2011

QUIEN LUCHA PUEDE PERDER
QUIEN NO LO INTENTA, YA PERDIO

Iluminando Caminos

En una ciudad de Oriente, una noche … hace cientos de años, un hombre caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida. En determinado momento, se encuentra con un amigo. El amigo lo mira y de pronto lo reconoce.



Se da cuenta de que es el ciego del pueblo.


Entonces, le dice:


¿Qué haces , tú ciego, con una lámpara en la mano?Si tú no ves. Entonces, el ciego le responde:


Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria. Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mi.


No solo es importante la luz que me sirve a mí, sino también la que yo uso para que otros puedan también servirse de ella.


Cada uno de nosotros puede alumbrar el camino para uno y para que sea visto por otros, aunque uno aparentemente no lo necesite.


Alumbrar el camino de los otros no es tarea fáci, muchas veces en vez de alumbrar oscurecemos mucho más el camino de los demás..


Como?


A través del desaliento, la crítica, el egoísmo, el desamor, el odio, el resentimiento...


¡Qué hermoso sería sí todos ilumináramos los caminos de los demás! Sin fijarnos si lo necesitan o no. Llevar luz y no-Oscuridad...


Si toda la gente encendiera una luz el mundo entero estaría iluminado y brillaría día a día con mayor intensidad...


Todos pasamos por situaciones difíciles a veces...


Ttodos sentimos el peso del dolor en determinados momentos de nuestras vidas...


Todos sufrimos en algunos momentos...


Todos lloramos en otros...


Pero no debemos proyectar nuestro dolor cuando alguien desesperado busca ayuda en nosotros...


No debemos exclamar como es costumbre:


-La vida es así... llenos de rencor, llenos de odio...


Nuestro dolor es y fue importante pero se minimiza si ayudamos a otros a soportarlo,


si ayudamos a otro a sobrellevarlo


Al contrario ayudemos a los demás sembrando esperanza en ese corazón herido...


Tenemos en el alma el motor que enciende cualquier lámpara, la energía que permite iluminar en vez de oscurecer. Está en nosotros saber usarla. Está en nosotros ser Luz


y no permitir que los demás vivan en las tinieblas...


Demos Luz e iluminemos el camino de los demás.

martes, 8 de marzo de 2011

“El papel arrugado”.

Mi carácter impulsivo, me hacía reventar en cólera a la menor provocación. La mayor parte de las veces, después de uno de estos incidentes, me sentía avergonzado y me esforzaba por consolar a quien había dañado.


Un día, un amigo, quien me vio dando excusas después de una explosión de ira, me entregó un papel liso. Y entonces me dijo: ¡ESTRÚJALO!

Asombrado, obedecí e hice una bola con el papel.

Luego me dijo: Ahora déjalo como estaba antes.

Por supuesto que no pude dejarlo como estaba. Por más que traté, el papel quedó lleno de arrugas.

Entonces dijo: “El corazón de las personas es como ese papel. La impresión que dejas en ese corazón que lastimaste, será tan difícil de borrar como esas arrugas en el papel.”

Aunque intentemos enmendar el error, ya estará “marcado”.

Por impulso no nos controlamos y sin pensar arrojamos palabras llenas de odio y rencor, y luego, cuando pensamos en ello, nos arrepentimos.

Pero no podemos dar marcha atrás, no podemos borrar lo que quedó grabado. Y lo mas triste es que dejamos “arrugas” en muchos corazones.

Desde hoy, sé más compresivo y más paciente.

Cuando sientas ganas de estallar recuerda “El papel arrugado”.