Paradoja de la sabiduría y la inteligencia
Hay una paradoja referente a la inteligencia y la sabiduría: es mejor ser un sabio imperfecto y torpe que ser simplemente inteligente y muy eficiente.
La razón es que si tienes éxito haciendo las cosas incorrectas porque eres muy eficiente, y cada vez eres mejor en lo que haces y sigues aprendiendo, con el tiempo no harás más que empeorar la situación: cuanto más inteligente seas, más rápido lograrás las metas equivocadas. Al final, en la cima no encontrarás más que una posición mejor desde la que precipitarte al vacío.
Por el contrario, si fracasas o no logras las cosas correctas a la primera, tu aprendizaje –aunque sea lento– te irá poniendo cada vez en una mejor situación y con el tiempo conseguirás acercarte más a las metas correctas. Quizá nunca alcances la cima, pero cada paso del camino habrá estado lleno de sentido. Y eso ya es en sí una cima.
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