martes, 16 de febrero de 2010

El balde roto

Una anciana señora china poseía dos grandes baldes, suspendidos en cada extremidad de una vara, que ella cargaba en su espalda.


Uno de los baldes estaba rajado y el otro era perfecto.

Este último estaba siempre lleno de agua al fin de la larga caminata desde el torrente hasta la casa, en cuanto el rajado llegaba medio vacío.

Por largo tiempo esto fue así, con la señora que llegaba a la casa con solamente un balde y medio de agua.

Naturalmente el balde perfecto estaba muy orgulloso de su propio resultado y el pobre balde rajado sentía vergüenza , de lograr hacer solo la mitad de aquello que debía hacer.

Después de un tiempo, reflexionando sobre su propia y amarga derrota por estar rajado, el balde hablo con la señora durante el camino:

“Siento vergüenza de mi mismo, porque por culpa de esta rajadura, no sirvo ya que pierdo la mitad del agua durante el camino hasta tu casa”

La anciana sonrió:

“¿Has observado que lindas flores hay solamente de tu lado del camino?

- ”Yo siempre supe de tu defecto y en mi camino de ida plante semillas de flores de tu lado en el camino. Y todos los días, al regresar, tu las regabas”

“ Durante todos estos años pude recoger aquellas bellísimas flores para adornar mi

Mesa. Si tu no fueras como eres, yo no habría tenido aquellas maravillas en mi casa.